Los secretos del 'laboratorio' de Sergio Ramos, un "purasangre" en México: sesiones voluntarias, cámara hiperbárica, luz roja...

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Los secretos del 'laboratorio' de Sergio Ramos, un "purasangre" en México: sesiones voluntarias, cámara hiperbárica, luz roja...

Los secretos del 'laboratorio' de Sergio Ramos, un "purasangre" en México: sesiones voluntarias, cámara hiperbárica, luz roja...

Debutó un 22 de febrero después de nueve meses sin competir y con apenas unos días de puesta a punto en México, pero Rayados le entregó el brazalete y casi la ciudad entera a Sergio Ramos, número 93 en la espalda y en varios tatuajes a lo largo y ancho de su cuerpo, y el defensa se convirtió en referente del club desde el minuto uno. Martín Demichelis, por entonces entrenador del equipo, le había llamado hacía unos meses para River Plate, pero Ramos desestimó la oferta buscando el destino correcto. Lo encontró en Monterrey, la segunda ciudad más grande de México, y en el equipo que hoy debuta en el Mundial de clubes ante el Inter de Milán. Rival de Champions y competición fetiche para Ramos, que ganó cuatro de los antiguos Mundialitos vestido de blanco, metido ahora en su laboratorio personal el último año para aguantar el día a día del fútbol a sus 39 años.

Desde ese 22 de febrero han pasado muchas cosas en Rayados, donde Ramos comparte vestuario con viejos conocidos como Sergio Canales, Oliver Torres y Lucas Ocampos. Demichelis ya no es el entrenador, ahora manda Domènec Torrent, técnico catalán que fue durante años asistente de Pep Guardiola en el Barcelona y en el Manchester City. «No me sirve lo que he hecho anteriormente yo ni lo que ha hecho Sergio Ramos. Empezamos desde cero. Pero es un jugador top a nivel mundial. Me he enfrentado muchas veces a él y todo el mundo sabe que es un líder, un jugador profesional, que aprieta, en el buen sentido, a sus compañeros», explicó en su presentación el entrenador. «Vamos a ver», respondió el propio Ramos, cauto, cuando le preguntaron.

El equipo no ha cuajado una buena temporada, eliminado en octavos de la Copa de Campeones de la CONCACAF y lejos de los mejores en el Apertura y Clausura nacional, pero Ramos ha rendido. Ha marcado cuatro goles y no ha soltado el brazalete, que llevará también esta noche en el Rose Bowl de Pasadena, y hasta recibió una tarjeta roja. Cuestión de tradiciones.

«Ese ejemplo contagia»

Su secreto lleva de vuelta a su gran pasión: los caballos. «Es un purasangre», le definen en Monterrey, donde hace unos días se presentó de imprevisto y de forma voluntaria para entrenar antes del Mundial de clubes. La decisión sorprendió en las instalaciones de El Barrial, pero el de Camas quería tener sesiones personalizadas de entrenamiento antes del día marcado por el club para que la plantilla volviera de vacaciones. «Ese ejemplo contagia», dicen en el equipo.

Desde que dejó el Sevilla al final del curso 2023-24, ha entrenado como si estuviera en un equipo, con sesiones de mañana y tarde en gimnasio y con balón. Sin descanso, esperando la mejor oportunidad e invirtiendo miles de euros en personas y herramientas que le ayuden a mantener su puesta a punto: tratamiento con fisioterapeutas, baños de contraste entre frío y calor, baño turco, sauna, cámara hiperbárica... Cosas que ha repetido día tras día en sus épocas en Madrid, París y Sevilla. Incluso ha añadido la famosa luz roja que ha puesto de moda Marcos Llorente, una técnica terapéutica que se utiliza para estimular las células y promover una mayor regeneración de los tejidos.

Ramos, que ya lo ha ganado todo, todavía no observa el final de su carrera y quiere estirar lo máximo posible su etapa futbolística, pero Monterrey ha sido el primer riesgo para él, después de decisiones lógicas como firmar por el Real Madrid, irse luego a París y volver después a Sevilla para reconciliarse con el Sánchez Pizjuán. El caso de México, animado por el Mundial de clubes, por la cultura y el estilo de vida, ha sido su primera decisión incómoda.

Extremar la seguridad

«Tengo la suerte de haber estado muchos años en Madrid, después en París y en Sevilla, y era un paso importante, un cambio muy gigante en mi vida. Y me gustan los retos y conquistar nuevas cosas», dijo nada más llegar a Rayados.

Pero de momento es feliz. Su familia no se ha establecido en el país por las dificultades del año escolar, aunque ha ido a visitarle en varias ocasiones. Vive en una zona residencial con mucha seguridad, lógico en una ciudad de ese calibre que obliga a casi todo el mundo con cierto nivel económico a circular en coche blindado. Está cerca de la ciudad deportiva, evita pasear, algo que tampoco podía hacer en Madrid o París, y cuando va al campo como espectador le rodean varios miembros de seguridad, porque no hay un pasillo privado para acceder al palco y la gente le rodea para hablarle, pedirle fotos o simplemente tocarle.

«Sergio es un caso único, de laboratorio. Mantiene una fisiología pocas veces vista. Su masa muscular, su fuerza, su intensidad y rapidez son de primer nivel, pero destaco su ambición y su carácter competitivo», dijo sobre él Demichelis. Al llegar a Los Ángeles, Ramos concedió una entrevista a la FIFA en la que aseguró que quiere acabar sus últimos años de fútbol «ganando». «El equipo tiene facilidad para jugar este tipo de competiciones y a mi gen competitivo le gusta», explicó, siempre como capitán. «Los líderes los deciden los grupos, pero por mi carácter siempre tuve esa facilidad para tirar del carro cuando el equipo lo necesita, para aconsejar también por mi experiencia. Me siento bien con ello», finalizó. Inter de Milán, River Plate y Urawa Red Diamonds le esperan en el Mundial de clubes.

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